De Xi’an a Estambul, recorriendo Samarcanda, o Bukhara, la Ruta de la Seda de te descubrirá ciudades que parecen sacadas de un cuento
La Ruta de la Seda es uno de los viajes más atractivos y enriquecedores que se pueden emprender. Recorrer las ciudades y paisajes que en otros siglos fueron testigos de las caravanas de comerciantes cargadas de telas y tesoros que unían Oriente y Occidente te descubrirá un mundo distinto y te hará sentir como Marco Polo cuando descubrió las grandes maravillas que aún hoy nos asombran.
Hoy queremos recomendarte alguna de las ciudades de la Ruta de la Seda que puedes visitar con Panavisión Tours y lo que puedes encontrar en estas urbes que parecen sacadas de los cuentos de Las mil y una noches.
Xi’an
La ciudad china de Xi’an es el extremo oriental de la Ruta de la Seda. En tiempos, fue la capital del Imperio Chino y a ello debe su grandioso esplendor y su condición de foco del comercio con Occidente.
En Xi’an no puedes perderte la Pagoda de la Oca Salvaje, de 60 metros de altura y que domina toda la ciudad; la Torre Campana o la Torre Tambor, que reciben sus nombres de los instrumentos que se hacen sonar al amanecer y al atardecer, respectivamente; o el Barrio Musulmán, que precisamente creció y prosperó gracias al comercio de la seda con Oriente Medio.
Pero indudablemente, la visita imprescindible de Xi’an son los Guerreros de Terracota, en uno de los museos más importantes del mundo. Cuenta con unas 8.000 estatuas a tamaño real de guerreros del ejército de Qin Shi Huang, el primer emperador de China, que debían escoltar y acompañarle en la otra vida. Te resultará impresionante contemplar las interminables filas de guerreros de Xi’an, uno de los conjuntos de estatuas más impresionantes del mundo.
Samarcanda
Quizás sea una de las ciudades más espectaculares de la Ruta de la Seda. Samarcanda, en Uzbekistán, es uno de los lugares con más esplendor que se pueden encontrar en el Centro de Asia, como ya dejó escrito Marco Polo cuando se dejó enamorar por esta ciudad de adobe y embellecida con azulejos glaucos.
En la Plaza del Registán, el centro de la ciudad, encontrarás una curiosa simetría entre las madrazas de Ulugh-Beg y Sherdar, enfrentadas la una a la otra. En medio, presidiendo la plaza se encuentra otra madraza más, la de Tilla-Kari. Esta triada de madrazas es una de las muestras más perfectas de la arquitectura tradicional uzbeka.
La necrópolis de Shazi Zinda, con un sinfín de mausoleos decorados con azulejos azules que crean estrechas callejuelas, es otro de los lugares en los que disfrutar de Samarcanda. Tampoco puedes perderte el Mausoleo Gur-e Amir, uno de los más espectaculares del mundo, donde descansan los restos del gran caudillo Tamerlán, que instauró en Samarcanda la capital de su vasto imperio.
Bukhara
Otra de las ciudades de Uzbekistán que merece la pena visitar cuando recorres la Ruta de la Seda es Bukhara, tan sorprendente como encantadora. Hasta la Revolución Bolchevique, fue la capital del Emirato de Bukhara, una de las potencias de la región.
Las miradas de todos los viajeros que visitan Bukhara se dirigen al Minarete Kaylan, de 45 metros de altura, el único edificio de la ciudad que se libró de ser destruido por las hordas de Gengis Khan cuando los mongoles conquistaron la ciudad en el siglo XIII. La leyenda dice que el Gran Khan ordenó a sus tropas respetar el edificio conmovido por su belleza.
La mezquita Bolo Haus es otro de los edificios que debes visitar en Bukhara. Su impresionante techo de artesanal de madera y las columnas de su entrada –también de madera-, son una auténtica maravilla que impresionará a los viajeros. Tampoco te pierdas otros monumentos, como las madrazas de Nadir Divanbegi o Miri Arab, donde podrás disfrutar de sus espectaculares mosaicos verdes, azules, blancos y amarillos.
Khiva
Khiva es otra de las ciudades de la Ruta de la Seda que se pueden encontrar en Uzbekistán. Situada entre dos desiertos, no es de extrañar que los comerciantes de la Ruta comparasen a Khiva con un Oasis.
En Khiva, el turismo gira en torno a la ciudadela de Ichan Kala. Se trata de la zona antigua de la ciudad, rodeada por una muralla y que delimita los grandes monumentos que se pueden encontrar en la ciudad. Hasta 600 monumentos –más de 50 de ellos visitables-, se agolpan entre los gruesos muros de Itchan Kala.
El minarete de Kalta Minor es, quizás, el más espectacular de Khiva. Sus 30 metros de altura, completamente cubiertos por azulejos, lo hacen resplandecer a la luz del sol de Uzbekistán. También destaca el alminar de la madraza de Islam Khodja, que con 57 metros es el más alto de la urbe y ofrece unas espectaculares vistas.
Por otra parte, en la Mezquita de Juma podrás disfrutar de sus 200 columnas de madera, cada una labrada en épocas distintas y con motivos diferentes, lo que crea una preciosa armonía coral imposible de imitar.
Yazd
En Irán, Yazd es una de las paradas imprescindibles de la Ruta de la Seda. En otros tiempos, los viajeros se pertrechaban para afrontar el terrible desierto de sal –o bien descansaban tras el arduo viaje-.
Llegando desde el desierto a esta ciudad de color ocre, se pueden contemplar las ruinas de las solemnes Torres del Silencio, atalayas levantadas por los antiguos zoroatristas para depositar a los muertos en sus rituales funerarios. Este es el primer indicio que se tiene en Yazd de esta religión, que tiene en esta ciudad iraní uno de sus santuarios más importantes, el Templo del Fuego.
Además, por toda la ciudad podrás encontrar los Captadores de Viento, unas curiosas torres que recogen el viento del desierto y lo enfrían en los depósitos de agua subterránea para refrescar las estancias. Uno de los elementos arquitectónicos más característicos de esta región de Irán.
Entre los edificios que no puedes perderte de Yazd se encuentra el complejo de Amir Chakhmaq, un centro cívico adornado con azulejos y hornacinas que al caer la noche se iluminan para crear un ambiente mágico; o la Mezquita de los Viernes, que cuenta con una puerta de entrada y una cúpula espectacular.
Estambul
Por último, en el extremo occidental de la Ruta de la Seda se encuentra la antigua Constantinopla, la moderna Estambul. Esta ciudad, estratégicamente situada entre Asia y Europa, era el principal puesto comercial de la Ruta en Occidente.
En Estambul hay miles de cosas que ver, incluyendo las imprescindibles, aunque hablando de la Ruta de la Seda, es imprescindible conocer sus bazares, especialmente el Bazar de las Especias y el Gran Bazar, donde el murmullo de comercio, el olor del cuero o las especias y los colores brillantes de las lámparas de artesanía parecen inundarlo todo.
Por supuesto, Santa Sofía y la Mezquita Azul son visitas imprescindibles en la Ciudad del Bósforo, así como otros monumentos que muestran la gran historia de Estambul, desde el Hipódromo, la Cisterna Basílica o el Palacio de Topkapi.
la Ruta de la Seda puede descubrirte estas espectaculares ciudades y sumergirte en la cultura y tradiciones de los pueblos que visitas. Un viaje imprescindible para los grandes viajeros.
En primer lugar, gracias por toda la información. Es un viaje muy interesante, que quizá algún dia realice. Los guerreros de Xian, los conozco porque en mi ciudad hubo una gran exposición de ésta increíble y monumental colección, en el Forum de Barcelona. Los caballos y los carros y demás utensilios, espectacular!
Imagino todo lo demás. Gracias.