La Ciudad Prohibida es una visita obligada al hacer turismo en Pekín
Pekín cuenta con decenas de encantadores lugares en los que disfrutar de la esencia tradicional de China. Te descubrimos algunos de ellos.
Hacer turismo en Pekín es una de esas cosas que hay que hacer al menos una vez en la vida. Viajar a China te permitirá enamorarte de una cultura ancestral y extraña para nuestros ojos occidentales, pero no por ello menos fascinante.
Ya te darás cuenta que todo en Pekín tiene un tamaño colosal. Muchos de los monumentos que visitarás en la capital china tienen dimensiones casi inconcebibles para nosotros. Incluso la ciudad, que alcanza una población de 20 millones de habitantes, es enorme.
Te proponemos una serie de lugares que no puedes perderte para hacer turismo en Pekín:
Plaza de Tiananmén
La Plaza de Tiananmén es, sin duda, uno de los lugares que hay que ver en Pekín. Se trata de una de las plazas más grandes del mundo, con nada menos que más de 400.000 metros cuadrados. Unas dimensiones sencillamente increíbles: 880 metros de largo por otros 500 metros de ancho.
La plaza fue construida tras el triunfo de la Revolución Comunista de Mao, a imagen de la Plaza Roja de Moscú para que el régimen pudiese celebrar sus actos oficiales. Desde entonces se ha convertido en el epicentro de la vida política -y turística- del país. En esta colosal explanada, Mao proclamó la República Popular China, y en 1989 se celebraron unas importantes protestas estudiantiles que saltaron a la primera página de los periódicos de todo el mundo por la icónica foto de un ciudadano plantándose frente a los tanques del ejército.
En la Plaza de Tiananmén también encontrarás alguno de los otros monumentos más importantes de la capital china, desde la entrada a la Ciudad Prohibida, el Mausoleo de Mao, el Gran Salón del Pueblo o el Museo Nacional.
Ciudad Prohibida
Los tejados dorados de la Ciudad Prohibida
Por supuesto, al hacer turismo en Pekín la visita a la Ciudad Prohibida es obligada. Este palacio está plagado de rincones y lugares que destilan la esencia de la China imperial. A cada paso descubrirás nuevos palacios y templos usados por los emperadores durante más de 500 años.
Dado que la Ciudad Prohibida ocupa nada menos que 740.000 metros cuadrados -es el complejo palaciego más grande del mundo-, lo mejor es que reserves unas cuantas horas para visitarla. Recorre sus innumerables plazas y calles del que llegó a ser el hogar de una corte de más de 20.000 personas. Su nombre proviene de la tradición que establecía que solo el emperador podía decidir quién entraba o salía del palacio.
La Ciudad Prohibida es una colosal ciudadela rodeada por un foso de agua de más de 50 metros de anchura y protegido por 4 altas torres en cada una de sus esquinas. En su interior alberga más de 900 edificios coronados con tejados dorados –el amarillo es el color tradicional del emperador- salvo dos honrosas excepciones: la biblioteca, coronada por un tejado negro, que en la tradición china previene los incendios; y el Palacio del Príncipe, cuyo tejado es verde, el color del crecimiento.
Palacio de Verano
El Palacio de Verano es otro impresionante complejo palaciego que no te puedes perder en Pekín. Al llegar el calor, los emperadores chinos huían de la Ciudad Prohibida para refrescarse junto al lago Kunming. Contando con la superficie de este lago, que era de uso exclusivo del emperador, el complejo posee casi 3 kilómetros cuadrados de extensión.
En el Palacio de Verano encontrarás un oasis de paz, tranquilidad con muchas zonas dedicadas a la meditación, como el Jardín del Gusto Armonioso. Contaba incluso con su propia calle comercial, la calle Suzhou, donde, hoy día, podrás encontrar encantadores puestos típicos de China. No te pierdas tampoco la Torre de la Fragancia de Buda, que domina todo el complejo. La subida es dura, pero merece la pena por las impresionantes vistas que ofrece con el lago Kunming y el palacio a tus pies.
Gran Muralla
La Gran Muralla China es una de las nuevas Maravillas del Mundo Moderno
La Gran Muralla es probablemente el monumento más conocido de China y un. A apenas 90 kilómetros de Pekín podrás encontrar este impresionante muro que contenía a los bárbaros que pretendían invadir el país.
La Gran Muralla hacía de frontera durante nada menos que 8.851 kilómetros, atravesando montañas, llanuras, desiertos y bosques. Aunque a día de hoy gran parte de esta increíble maravilla está en ruinas, algunas secciones siguen en pie y te permitirán pasear por encima de sus muros. Las zonas más conocidas para el turismo de Pekín son Mutianyu y Badaling, que además de disfrutar de este colosal monumento, te permitirán admirar unas vistas impresionantes de las zonas montañosas de alrededor.
No pierdas la ocasión de acercarte hasta la Gran Muralla y descubrir la que ha sido considerada como una de las grandes Maravillas del Mundo Moderno y, por extensión, una de las grandes maravillas de Asia.
Museo Nacional
El Museo Nacional de China surgió en 2003 como la fusión de dos museos anteriores: El Museo de Historia China y el Museo de la Revolución. Está situado en el flanco oriental de la Plaza de Tiananmén, un lugar inmejorable para el museo y que se conjuga perfectamente con lo colosal del edificio.
El Museo Nacional te permitirá recorrer toda la historia de China. Encontrarás desde piezas arqueológicas de época prehistórica hasta arte imperial –incluyendo la famosa porcelana china- u objetos que Mao empleó durante la Revolución. Un exhaustivo repaso de la historia del país que no puedes perderte.
Templo del Cielo
El Templo del Cielo fue el lugar de los rituales del emperador de China
En otros tiempos, el Templo del Cielo fue el lugar donde el todopoderoso emperador de China celebraba sus rituales sagrados. Destaca el edificio de las Buenas Rogativas por las Cosechas, donde se celebraban la mayoría de los rituales y que destaca por su peculiar forma circular. Es el edificio más conocido del complejo.
Lo que antaño era el complejo del templo es, hoy día, uno de los parques más tranquilos de Pekín, donde podrás disfrutar de un agradable paseo mientras contemplas como los ciudadanos de Beijín disfrutan de su tiempo libre. Los pekineses lo usan, por ejemplo, para pasear, volar sus cometas o hacer tai chi.
Mercado de la Seda
El Mercado de la Seda es un lugar imprescindible para hacer turismo en Pekín. En este enorme centro comercial encontrarás más de 1.700 tiendas de todo tipo, entre las que destacan las dedicadas a la ropa y textiles.
Eso sí, ten en cuenta que tendrás que entrenar tus dotes de regateo, ya que los precios marcados –que a nosotros nos pueden resultar ya de por sí bastante baratos- pueden rebajarse sustancialmente.
Ciudad Olímpica
El Estadio de Nido de Pájaro, el epicentro de los Juegos Olímpicos de 2008
No todo en Pekín son edificios centenarios de la época imperial. Las nuevas estructuras también merecen una visita y la Villa Olímpica, construida para los Juegos Olímpicos de 2008, es un perfecto ejemplo.
Para esta cita deportiva se construyeron varios estadios y estructuras en el estilo más vanguardista y moderno. Muchos de estos lugares fueron desmontados tras las Olimpiadas, pero otros muchos siguen en pie, atrayendo turistas
Destaca el Estadio Olímpico, apodado Nido de Pájaro, cuyas vigas de acero se asemejan a las ramas desordenadas de un nido; y el Cubo de Agua, donde se celebraron las pruebas acuáticas. Se trata de edificios vanguardistas impresionantes. No dudes en visitarlos por la noche, cuando la iluminación realza sus encantos.
Hutongs
Los Hutongs son los pequeños callejones que recorren el centro histórico de Pekín. Angostos pasadizos rodeados de casas, tiendas, mercados y restaurantes en los que podrás respirar la esencia más tradicional de la capital china. Estas callejuelas son, sin duda, la mejor manera de tomarle el pulso al día a día de los pekineses.
Una de las mejores formas de recorrer los hutongs y hacer turismo en Pekín es montado en un ricksaw, un carrito tirado a pedales por un conductor que son una de las atracciones más encantadoras de Beijín.
Taller de Cloissoné
El cloissoné es una milenaria técnica de decoración famosa en China
El cloissoné o jingtai es una milenaria técnica de decoración de objetos que se ha convertido en una de las tradiciones chinas más encantadoras. Se trata de un esmaltado sobre una base metálica. Si visitas un taller de cloissoné podrás aprender sobre este arte de primera mano y contemplar a los artesanos trabajar con pulso firme sobre delicados objetos. Todo un espectáculo.
Aunque el cloissoné es una técnica que se ha usado por todo el mundo, en China tiene una tradición especial, principalmente gracias a la dinastía Ming. Los objetos fabricados bajo el mecenazgo de esta casa real –algunos de ellos los podrás encontrar en el Museo Nacional- han alcanzado fama mundial, gracias en parte a las delicadas artes del cloissoné.
Pekín es una ciudad vibrante y espectacular, que sorprende a cada paso y que posee decenas de lugares encantadores para ver. No dudes en visitar la capital de China y dejarte enamorar por su encanto oriental.
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