Un viaje a Sicilia puede durar lo que tú quieras, una semana es suficiente para recorrer todos los sitios más atractivos e interesantes, pero puedes pasarte allí toda una vida.
Su singular cultura y forma de ver la vida, la belleza de sus rincones y la cercanía de sus habitantes hacen de esta isla italiana un destino espectacular para tus vacaciones (Y eso que somos conscientes de los numerosos lugares que merecen la pena ser visitados dentro del país transalpino). Por eso, queremos contarte todo, absolutamente todo, lo que hay que ver en Sicilia.
Y lo vamos a hacer empezando por Palermo, en el noroeste, y dando una vuelta completa en el sentido contrario a las agujas del reloj para terminar en Cefalú.
1. Palermo.
Rebosante de vida, tradicional y moderna, Palermo es la reina de corazones. Con un empedrado que recuerda a épocas pasadas y esas fachadas con la ropa tendida tan características del sur de Italia.
Iglesias, museos, calles con el encanto decadente tan típico de esta ciudad,… Hay mucho que ver en Palermo:
1.1. El Palacio de los Normandos y la Capilla Palatina.
Se construyó como un palacio árabe y terminó como residencia de los monarcas de Sicilia y también ha sido sede del Parlamento siciliano. Destaca, por encima de todo, la Capilla Palatina, en la que trabajaron latinos, musulmanes y bizantinos, con mosaicos dorados cubriendo casi toda la superficie y una enorme imagen del Cristo Pantocrator en el ábside.
1.2. La Catedral de Palermo.
Otro ejemplo de fusión de estilos arquitectónicos, se encuentra rodeada por un jardín y aún conserva en el interior de la iglesia reliquias de la patrona de la ciudad, Santa Rosalía.
1.3. El Castillo de La Zisa.
Fiel reflejo de la magnitud y la grandilocuencia de la época árabe- normanda, se encuentra rodeado de estanques y jardines, que actualmente están abiertos al público y en los que se organizan diversos eventos cuando llega el verano.
1.4. El Teatro Máximo.
Su gran acústica le ha llevado a ser considerado uno de los más grandes de Europa y un auténtico templo de la música lírica. Llaman la atención su enorme cúpula y las columnas dóricas que lo sujetan.
1.5. Los Quattro Canti.
Una plaza en un cruce a cuyos flancos hay cuatro palacios cóncavos decorados con las representaciones de las cuatro estaciones, los cuatro virreyes españoles y las cuatro santas protectoras. También es conocido como la Plaza Vigliena.
Además, paseando por Palermo puedes visitar la iglesia del Gesú, la Plaza Pretoria, la Plaza Bellini y la Iglesia de San Giovanni degli Eremiti. Recorre la calle Corso Vittorio Emanuele, arteria principal de la ciudad, con sus barrocos palacios y sus tiendas, o piérdete en el Mercado Ballaró.
2. Monreale.
De ubicación estratégica para controlar el valle y el paso del mar al interior, Monreale fue elegido como lugar de descanso por los reyes normandos, que también acudían para practicar la caza.
Dos son sus principales atractivos. Por un lado, la catedral de estilo compuesto, las fachadas con torres son normandas minetras que los mosaicos y la geometría en la decoración son inde influencia árabe. Por el otro, el Claustro de los Benedetos, un hermoso espacio en el que llaman la atención las 228 columnas que lo componen.
3. Segesta.
A tan sólo una hora de Palermo y en plena naturaleza se encuentran las ruinas de Segesta, divididas en dos áreas, cada una sobre una columna. En una, un templo del siglo V a. C en un maravilloso estado de conservación. En la otra, los restos de la antigua Segesta, entre los que resalta el teatro griego con sus increíbles vistas.
Sin duda, lo más llamativo de Segesta es su templo de columnas dóricas construido hacia el año 504 a.C. Este templo nunca fue terminado debido a los conflictos con Selinunte. El templo está formado por 36 columnas y tiene unos 60 metros de longitud.
Otro de los elementos que merece la pena visitar en Segesta son los restos del teatro construido en el siglo III a.C. y situado junto a los restos de la ciudad. Desde el teatro no se ve el templo, pero las vistas desde el graderío son espectaculares.
Parte de la histórica ciudad de Segesta, este templo dórico es una de las mejores muestras arquitectónicas de factura griega que se conservan. Su emplazamiento, en lo alto de un cerro con bonitos horizontes a su alcance, y su perfil, aún sin terminar pues nunca llegó a techarse, es uno de los iconos de la isla de Sicilia.
4. Trapani.
Trapani es una ciudad pequeña y distinguida, cuya vida se concentra mayoritariamente en la Vía Garibaldi y el Corso Vittorio Emanuele. Allí te esperan la catedral de San Lorenzo, las iglesias del Purgatorio y Del Colegio de los Jesuitas y la célebre fachada del Palazzo Senatorio.
Después acércate hasta la Torre Arsa, la Plaza del Mercado y el Bastión Conca, donde no sólo tendrás una bella vista panorámica sino que, además, se puede bajar a la playa por unas escaleras.
5. Erice.
Esta localidad enclavada en la montaña es una de las más famosas gracias a que es mencionada en obras de Homero y Virgilio. Desde lo más alto puedes divisar Túnez o el Etna, antes te habrás esforzado en subir sus empedradas cuestas que mantienen viva la llama del medievo.
Si hablamos de lo que hay que ver en Erice, sin duda, sus castillos son de lo más destacado. De origen normando, como el castillo de Pepoli o el de Venus, desde el que Trapani queda a tus pies. También la Iglesia de Santa María della Asunta, cuyo estilo gótico resulta bastante excepcional para Sicilia.
Atraviesa el urbanismo desordenado de la calles y las casas de Erice hasta llegar a la Piazza Umberto y disfruta de una café en una de sus terrazas.
6. Selinunte.
Es el yacimiento griego más extenso del Mediterráneo y, por ello, un destacadísimo enclave arqueológico levantado junto al mar que se divide en cuatro zonas: los templos Orientales (quizás lo más representativo, están dedicados a la divinidad de Zeus o Apolo y, en su época, era uno de los más grandes llegando a rivalizar con el Partenón de Atenas), la Acrópolis (cuya imagen sobre el mar es una de las más icónicas), la Ciudad Antigua y el santuario de Malophoros, dedicado a Deméter, diosa de la fertilidad.
7. Corleone.
Esta visita es más para los enamorados de la obra de Mario Puzo que Francis Ford Coppola convirtió en uno de los grandes clásicos del cine, Efectivamente, estoy hablando de ‘El Padrino’. Teniendo en cuenta todo lo que hay que ver en Sicilia, quizás Corleone resulte un poco pobre en cuanto a patrimonio histórico y artístico pero refleja a la perfección la Sicilia más auténtica, más rural, la de interior.
8. Agrigento.
Si por algo destaca Agrigento es por tener el conjunto de templos griegos en mejor estado de conservación. Así que olvídate del casco antiguo y de la playa y ve directo al Valle de los templos: un yacimiento dórico que te dejará con la boca abierta. El templo de la Concordia, el de Hércules, el delos Dioscuros, el de Juno y el de Júpiter Olímpico son cinco despampanantes templos cuya grandeza ya destaca en la lejanía y que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad.
9. Piazza Armerina y Villa Romana del Casale.
Estas dos poderosas razones justifican por sí solas que hagas un viaje a Sicilia. Lo habitual es que el sol te ajusticie mientras recorres arriba y abajo las empinadas calles de Piazza Armerina, un agradable paseo en el que te aseguras que tus fotografías resulten auténticas estampas de la Sicilia más interior. Mientras que en sus afueras, alberga una famosa villa tardo-romana del siglo IV a. C.
A tan sólo 5 kilómetros, Villa romana del Casale destaca por la calidad y la cantidad de los mosaicos que decoran casi todas sus estancias y que no han pasado por alto para la Unesco.
10. Ragusa.
Tienes dos ciudades por el precio de una: Ragusa Ibla, la ciudad antigua, más señorial con sus palacetes de origen aristocrático y de laberínticas callejuelas. Y Ragusa superiore, que se levantó tras el terremoto de 1963 y a la que merece la pena subir básicamente para contemplar Ibla.
La ciudad antigua está repleta de detalles: desde las flores que adornan algunas ventanas hasta las farolas que iluminan las calles. Puedes comenzar viendo el Palacio de la Cancellería y su estilo barroco, y seguir con la iglesia de Santa María dell’Idria, la iglesia del Purgatorio, la catedral, el palacio de Arezzi y el palacio de Donnafugata.
11. Módica.
El barroco se extiende por cada poro de esta pintoresca y coqueta ciudad repleta de callejones con tiendas históricas o palacios. Entre su apabullante herencia histórica y arquitectónica sobresale la escalinata de Gagliardi (principal exponente del barroso siciliano) que lleva a San Giorgio.
En Módica hay 700 grutas que ya estaban habitadas en la prehistoria y que hoy forman parte de modernas viviendas. La necrópolis del Quartiriccio alberga sepulcros de miles de años a.C., tumbas excavadas en la roca en un perfecto estado de conservación. En este animado centro cultural te vas a encontrar maravillas como la Iglesia de Santa María de Jesús, el Duomo de San Pedro y la Iglesia Madre de San Jorge.
12. Noto.
El color miel y el estilo a la hora de tallar la piedra en muchas de las iglesias y palacios de Noto, hacen de esta localidad siciliana, que, sí o sí, es una de las joyas que hay que ver en Sicilia.
Si transitas por el corso Vittorio Emanuele III vas a contemplar la mayor de edificios de interés de Noto: el palacio Villadorata, la Puerta Real, la catedral de S. Nicoló y las múltiples iglesias y conventos que aparecerán a tu paso. Auténticos tesoros artísticos.
13. Siracusa.
La ciudad de Siracusa presume orgullosa de que por sus calles deambulaban grandes pensadores como Platón, Arquímedes o Esquilo.
La primera parada tienes que efectuarla en la isla de Ortigia, casco histórico de Siracusa y patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y visitar la Catedral, el Teatro de las marionetas, la Piazza Duomo, el Ipogeo de Piazza Duomo, el Templo de Apolo, la fuente de Aretusa y el Castillo de Maniace.
Otro punto de interés es el Parque Arqueológico della Neapolis, donde verás los restos del teatro griego, del anfiteatro romano y la oreja de Dioniso.
Y por último, también merecen la pena el Castillo Maniace y la Catacombe di San Giovanni, la segunda más extensa de Italia tras las de Roma.
14. Catania.
En el lado oriental de Sicilia se encuentra la segunda ciudad más grande de esta inigualable isla, bajo la atenta mirada del volcán Etna.
Catania es un destino turístico muy completo: además de su belleza y sus muchos puntos de interés, hay que añadir que es el núcleo económico de la región, tiene uno de los puertos con mayor actividad de Italia, una destacable Universidad y una animación que no cesa ni de día ni de noche.
Y entre sus numerosos monumentos o lugares de interés, vamos a destacar los siguientes:
1.4.1 Plaza del Duomo y la Catedral.
Lugar idóneo para emprender un recorrido turístico por Catania, la Plaza del Duomo se erige donde antiguamente se encontraba la “Platea magna” en la época romana. Una plaza imponente en la que sobresalen los elegantes palacios barrocos.
Al este de la Plaza, encontrarás la Catedral de santa Ágata, patrona de Catania, y al norte verás el Palacio de los Elefantes, donde se halla el ayuntamiento de la ciudad. Mientras que la imagen más simbólica de Catania está en el centro de la plaza: el “Liotru” o Fuente del Elefante, una hermosa pila que contiene una estatua de un elefante cargando con un obelisco egipcio.
1.4.2 Vía Etnea y Plaza Stesicoro.
Pulmón comercial de la ciudad, la vía Etnea está repleta de tiendas, iglesias y palacios. Por lo que te recomendamos transitarla y disfrutar de su obras de arte arquitectónicas, sus restaurantes y, en general, el alegre ambiente que se respira en ella.
En la vía Etnea, se ubica la Plaza Stesicoro con sus ruinas del antiguo anfiteatro romano (se descubrieron hace relativamente poco tiempo y es el segundo más grande del mundo tras el Coliseo de Roma).
1.4.3 Teatro Máximo.
En la Plaza del Teatro, lugar de encuentro para los jóvenes cataneses en las noches de los fines de semana, se “esconde” este elegante edificio del siglo XIX.
1.4.4 Monasterio Benedictino de San Nicolás.
Construido a los pies del Etna en el siglo XII, fue el monasterio más grande y monumental de la vieja Europa. Tras el fatídico terremoto de 1693 que casi destruye Catania por completo y provocó la muerte de la mayoría de los monjes que allí habitaban, dejó de utilizarse.
Siglos después comenzaba su restauración, casi completa a día de hoy, y se constituía en sede la facultad de letras, Filosofía y lenguas de Catania.
1.4.5 La Pescheria.
En un lateral de la Plaza del Duomo se encuentra uno de los puntos de Catania con más color y diversión: el mercado del pescado. Date un paseo por sus puestos, encontrarás productos muy frescos del Mediterráneo, verduras y hortalizas de la huerta catanesa y un sinfín de voces que te animan a comprar.
15. El Etna.
El volcán activo más grande de Europa, 3.342 metros, domina la isla y es, sin ningún tipo de duda, una de las paradas obligatorias cuando hablamos de qué hay que ver en Sicilia. Antes de nada, queremos aclararte que está prohibido subirlo por tu cuenta por razones lógicas: primero por lo peligroso de la actividad del volcán, no sólo te pones tú en peligro sino también a los trabajadores que cuidan la zona y al equipo de salvamento; y segundo por preservar el ecosistema.
Puedes contratar una excursión guiada, y visitar el punto más alto (a 3.323 metros de altura), o ir hasta el Refugio Sapienza (a 1.900 metros) y, una vez allí, subir en funicular a una estación superior (a 2.500 metros). Desde esta última puedes hacer trekking hasta una estación a 2.900 metros o comprar un billete para un autobús especial (tipo 4×4) con el que subir a esa estación)
16. Taormina.
La geografía de Taormina ha marcado, en gran medida, el desarrollo de esta localidad siciliana. En el nivel más bajo se encuentran las playas e isla Bella; en el nivel central tienes el casco histórico y la Catedral; la parte más alta, el Monte Tauro, dominada por el Castillo Saraceno.
1.6.1 El Teatro Griego.
El Teatro Griego de Taormina es una de los monumentos más famosos de Taormina y el segundo teatro más grande de Sicilia (el primero lo encuentran en Siracusa). Actualmente allí tiene lugar el festival Taormina Arte, en el que la música, la danza, el arte y el cine son los grandes protagonistas.
1.6.2 La Catedral.
Aunque tiene más pinta de fortín, la catedral de San Nicolás y su torre campanario te esperan en la Plaza Duomo.
1.6.3 Jardines de la Villa Comunale.
De estilo inglés, no en vano eran propiedad de una noble escocesa, lady Florence Trevelyan Cacciola, los jardines de la Villa Comunale resultan ser un maravilloso oasis en medio de Taormina.
1.6.4 Castillo de Taormina.
Ubicado sobre la Roca del Monte Tauro y con una panorámica increíble, a casi 400 metros de altura, sólo la parte exterior de los muros se encuentra en muy buen estado de conservación. El resto está ha desaparecido o está en malas condiciones y no se puede visitar.
1.6.5 Santuario Madonna Della Rocca.
Esta pequeña iglesia edificada sobre una roca y cuyo techo es de roca es un lugar mágico que merece la pena ver en Taormina. Desde el Santuario Madonna Della Rocca puedes caminar hasta el castillo.
1.6.6 Plaza IX Aprile.
Con unas maravillosas vistas del Golfo de Taormina y del Etna, esta plaza es el corazón de la ciudad y donde se respira el ambiente real de esta localidad.
1.6.7 Isla Bella.
Aunque apenas cuenta con 1 kilómetro cuadrado de superficie, esta reserva natural desde 1998 es frecuentada por famosos dada su tremenda belleza natural.
17. Islas Eolias.
Lipari, la capital, Vulcano, Salina, Panarea, Estrómboli, Alicudi y Filicudi conforman este paraíso de aguas azul turquesa, verdes colinas y negra lava. Si quieres ir a estas islas que, tantas veces, hemos visto en las películas italianas lo puedes hacer en ferry, en verano hay servicios regulares desde Messina y Milazzo.
18. Cefalú.
Sus playas doradas y su coqueto paisaje de puerto pesquero hacen de Cefalú un destino idílico, de postal, de esos que atraen el turismo como la belleza acapara miradas. Merece la pena pasear hasta el centro por el Corso Ruggero, la arteria principal del casco antiguo a cuyos flancos se encuentran iglesias, palacios y tiendas de lujo.
Al final llegarás a la catedral, de inspiración árabe- normanda y centro neurálgico, bajo la gran roca de piedra que da nombre a la ciudad y en cuyas laderas está el Templo de Diana.
En la Piazza del Duomo hay varios edificios importantes, como el palacio Piraino, el antiguo Monasterio de Santa Caterina (hoy en día es el ayuntamiento) y el Palacio Episcopal.
El Museo Madralisca, el Lavadero público medieval, el Bastión del cabo Marchiafava y el Osterio Magno también merecen ser incluidos en tu ruta pero la joya de la corona es la Salita Saraceno, una escalinata a través de las antiguas murallas con una panorámica impresionante.
19. Gastronomía.
¿Qué podemos decir de la cocina italiana que no se conozca ya? Extendida por todo el mundo, en este caso queremos destacarte un plato muy típico de Sicilia y al que deberías hincarle el diente: el arancino. Una bola de arroz frito, carne, guisantes, huevo, mozzarella y tomate.
Y esto es todo por nuestra parte, ahora es tu turno, ¿qué te ha parecido este viaje Sicilia y todo lo que hay que ver? Déjanos tu opinión aquí.