Descubre los grandes palacios de Europa, monumentos majestuosos que han escrito parte de la historia del Viejo Continente
Hoy queremos descubrirte alguno de los palacios que puedes visitar en Europa, edificios espectaculares y majestuosos que cuentan en sus lujosos ornamentos la historia del Viejo Continente.
Paseando por sus galerías o adentrándote en sus aposentos podrás sumergirte en la vida de los reyes que llegaron a dominar, Europa e incluso parte del mundo.
Versalles
Versalles, en las afueras de París, es uno de los palacios más conocidos de todo el mundo. Luis XIV, el Rey Sol, embelleció y agrandó el antiguo pabellón de caza de su padre, Luis XIII, hasta convertirlo en la sede de una de las cortes más poderosas del planeta en su época. Versalles fue un auténtico éxito en toda Europa que causó sensación en las familias reales vecinas. En todos los rincones del Viejo Continente se intentó copiar, con mayor o menor éxito, el estilo del palacio y sobre todo de sus jardines.
El complejo del Palacio de Versalles cuenta con el edificio principal, testigo de alguno de los acontecimientos más importantes de la historia reciente de Francia y Europa; Los jardines, una obra maestra del paisajismo; El Gran Trianón y el Pequeño Trianón; y el Dominio de Maria Antonieta, una encantadora aldea tradicional construida por la esposa de Luis XVI.
En el interior del edificio principal del Palacio de Versalles no puedes perderte la famosa Galería de los Espejos, una estancia de 70 metros de longitud cubierta con hasta 375 espejos que crean un ambiente sorprendente y majestuoso. También merece la pena visitar los aposentos del rey y la reina, las dependencias privadas de los monarcas y decoradas al más puro estilo clasicista.
Por supuesto, los jardines de Versalles son una de las visitas imprescindibles. En sus 800 hectáreas se puede palpar el sello de Luis XIV en cada parterre, fuente, estanque y árbol rodeado de preciosas estatuas clásicas, ya que el monarca dirigió el proyecto personalmente.
Potsdam
Potsdam es una de las ciudades más interesantes que ver en Alemania gracias a su impresionante conjunto monumental de Palacios. Federico II de Prusia eligió esta ciudad a las afueras de Berlín para construir el Palacio de Sanssouci, su refugio particular y hoy día uno de los monumentos más visitados del país germano. Este pequeño palacio es una de las obras maestras del estilo rococó en Europa, un estilo que en la época del rey prusiano –mediados del siglo XVIII-, ya empezaba a decaer. En Sansoucci, además del monarca, también residían algunos invitados de su corte, como Voltaire.
En el parque que rodea el palacio, basados en gran medida en los ya mencionados jardines de Versalles, se diseminan pabellones y palacetes construidos bien por el propio Federico, bien por otros reyes prusianos.
El más grande de todos es el Palacio Nuevo, uno de los palacios más interesantes que visitar en Europa y construido también por Federico II. La construcción de este palacio celebraba la victoria prusiana en la Guerra de los Siete Años. Prueba de ello es el uso en todo el edificio del mármol de Silesia, región que quedó bajo el control prusiano tras la contienda y por ende, una muestra de la supremacía prusiana de la época. No es de extrañar que el propio Federico II se refiriese a él como “una fanfarronada”.
Además de estos espectaculares palacios, hay otros que también merecen la pena. Así pues, la Orangerie, con una colección de copias de cuadros de Rafael, o el Pabellón Chino, imitando el etilo oriental, son visitas imprescindibles en el Jardín de Sanssouci. Por otra parte, el Palacio de Cecilienhoff, es otro de los imprescindibles de Potsdam, ya que allí se celebró en 1945 la conferencia que puso fin a la II Guerra Mundial y hoy día es un museo dedicado a este importante evento.
Peterhof
El Palacio de Peterhof es uno de los lugares más bonitos y espectaculares que puedes encontrar en Rusia. A apenas 29 kilómetros de San Petersburgo –donde también se encuentra el Palacio de Invierno, hoy Hermitage-, podrás encontrar este impresionante complejo, construido por el zar Pedro el Grande, en el que destacan, sobre todo, sus jardines.
En estos jardines llama la atención el uso del agua como elemento decorativo, aprovechando los manantiales subterráneos que se sitúan justo bajo el recinto. Te llamará la atención la Gran Cascada de Peterhof, a los pies del Palacio, con varios niveles de saltos de agua adornados con preciosas estatuas doradas. Por el sonido del agua cayendo y lo espectacular de la decoración, es un placer para el oído y la vista.
Además, su posición junto al mar Báltico también permite que la brisa y el olor del mar inunden el complejo. Toda una delicia para los cinco sentidos que convierten a Peterhof en uno de los mejores palacios que visitar en Europa.
Schönbrunn
El Palacio de Schönbrunn es uno de los monumentos culturales más importantes de Viena. Aunque en la capital austriaca hay muchos palacios dignos de ver, como el de Hofburg o Belvedere, Schönbrunn destaca por lo espectacular de su decoración, una de las mejores muestras del lujoso rococó austriaco.
Al igual que otros tantos palacios europeos, fue construido para rivalizar con Versalles. Los Habsburgo, y especialmente la reina María Teresa I de Austria, pusieron su empeño en este palacio para embellecerlo y demostrar así su hegemonía. Hasta el fin del Imperio Austrohúngaro, Schönbrunn fue el Palacio de Verano de la monarquía y desde su fin, se ha convertido en museo y una de las visitas imprescindibles de Viena.
En el Palacio de Schönbrunn se pueden visitar más de 40 estancias, incluyendo los apartamentos de Francisco José y Sisí, la Gran Galería o el Salón Chino. Además, también se puede visitar el famoso Tiergarten, el primer zoológico del mundo; el Museo de Carruajes, con carrozas que parecen sacadas de una película; y por supuesto los espectaculares jardines que desembocan en la Glorieta, un mirador que ofrece una vista espectacular del palacio.
Buckingham
El Palacio de Buckingham, en Londres es quizás uno de los más conocidos de toda Europa por ser la residencia de la reina de Inglaterra, pero también por la Guardia Real y su famoso cambio de guardia.
El Cambio de Guardia tiene lugar todos los días a las 11:30 de mayo a julio, y cada dos días el resto de los meses del año. La ceremonia dura unos 45 minutos en la que los soldados, tocados con sus peculiares sombreros de pelo, desfilan a ritmo de la música militar. Un ritual que atrae cada día a miles de turistas y que pasa por ser una de las actividades más curiosas que hacer en Londres.
Al ser la residencia oficial de la reina y su familia, el interior del Palacio de Buckingham solo puede visitarse durante dos meses al año, agosto y septiembre, cuando la familia real se traslada a su palacio de verano. Si visitas Londres en este periodo, podrás descubrir los Salones de Estado del Palacio, las Cocheras Reales o la Galería de la Reina, los lugares más conocidos de Buchingham.
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