Si alguna vez te has preguntado si merece la pena viajar hasta Tierra Santa, hoy te vamos a dar una lista de recomendaciones para que sepas con certeza qué te vas a encontrar en Israel.
Probablemente, Israel cuenta con el mayor calado de historia y religión por metro cuadrado y un símbolo de la espiritualidad del calibre de Jerusalén. Un país que da cobijo los lugares más sagrados de las tres mayores religiones: el Muro de las Lamentaciones para los judíos; la Basílica del Santo Sepulcro para los cristianos; y la Cúpula de la Roca para los musulmanes.
En el ámbito más terrenal y superficial, en Tel Aviv vas a encontrar playas llenas de ambiente para disfrutar del día y de la noche. Como la playa de Drummers, llena de bohemios y hipsters donde el fin de semana reinan los cócteles y la música de los tambores hasta altas horas de la madrugada. Muy cerquita tienes el mar Muerto y una de las experiencias más divertidas flotando en estas aguas donde predominan el bromo, el magnesio y el yodo.
Y a la hora de comer, vas a disponer de una deliciosa oferta gastronómica con potentes mercados y restaurantes de primer nivel en los que comerte un buen hummus con su pan pita (no te asustes si ves un huevo cocido porque es muy típico de la receta israelí) o una boureka, especie de empanada de hojaldre con diferentes rellenos (aceitunas, queso, champiñones,…)
Para desayunar pide malawach (un pan plano que se acompaña de salsa de tomate y huevo duro) o shakshouka, unos huevos estrellados sobre una base de tomate frito, cebolla y pimiento. Una auténtica ambrosía.
Después de esta breve introducción, te vamos a acompañar en una ruta por Israel y sus grandes atractivos turísticos. Arrancamos.
Tel Aviv.
Nada más aterrizar en el aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv te darás cuenta de que estás en una ciudad de estilo muy europeo y moderno, con wifi gratuito por todos los rincones y un ocio nocturno inagotable. Abierta las 24 horas del día, Tel Aviv te ofrece playa, sol y terrazas hasta hartar. Y mucho más.
Como el Museo de Arte de Tel Aviv, conocido como el sobre y hogar de artes contemporáneos como el diseño o la fotografía. Entre su apabullante colección de obras, destacan trabajos de Picasso, Van Gogh, Matisse, Gauguin, Degas o Pollock.
La Ciudad Blanca, compuesta por la mayor cantidad de edificios de la escuela Balhaus en todo el planeta y Patrimonio Mundial de la UNESCO. Un estilo arquitectónico perseguido en la Alemania nazi y que se caracteriza por las líneas horizontales, las esquinas redondeadas y la carencia de ornamentación.
El Museo del Diseño de Holon, a tan sólo seis kilómetros. Un icono cultural del Israel más vanguardista gracias, en parte, a su llamativa construcción de hormigón y acero. Las exposiciones interactivas, las instalaciones digitales y los circuitos audiovisuales predominan en este moderno centro.
Si te pierden las compras, en la vieja estación de ferrocarril (Hatachana), que esconde un centro comercial al aire libre para dar buena cuenta de la tarjeta de crédito, y en el barrio de Sarona te sentirás como en casa.
Haifa.
De Tel Aviv tienes que ir hasta Haifa, ciudad del norte de Israel con el puerto más grande de todo el país, de origen bíblico y trufado de influencias de multitud de civilizaciones históricas. Aquí la convivencia entre judíos, musulmanes y cristianos es natural y tranquila. Sus calles son un ejemplo, mezclando iglesias, sinagogas y mezquitas de manera sensata, sin formar guetos o comunidades cerradas. Haifa cuenta con otra religión más: el bahaísmo. En esta localidad encontrarás el Centro Mundial Bahaí y sus famosos jardines (Patrimonio mundial desde el 2008), con un impresionante templo coronado por una cúpula dorada.
Piérdete en sus playas magníficamente conservadas, auténticas joyas si amas el surf, y descubre el animado barrio de la colonia alemana y sus casitas de piedra y tejas rojas cuando quieras comer o cuando caiga la noche.
Tiberíades.
Ahora es el momento de que comiences a empaparte de historia de la religión en uno de los puntos más turísticos de Israel y ciudad santa judía, donde conviven antiguas ruinas con lujosos hoteles y una gran actividad de ocio (deportes acuáticos, gastronomía, playas y aguas termales).
Una vez conozcas Tiberiades, dirígete la orilla del Mar de Galilea y te encontrarás con Caná, localidad donde Jesús obró su primer milagro, convirtiendo el agua en vino en las “bodas de Caná”. Desde allí, lo suyo es que te desplaces hasta el Monte de las Bienaventuranzas, donde tuvo lugar el Sermón de la Montaña. Después te esperan las ruinas de Cafarnaúm, antigua ciudad en la que Jesús impartió sus enseñanzas, y Tabgha, donde sucedió el Milagro de la Multiplicación de los Panes y los Peces. Merece la pena que hagas una pequeña excursión al río Jordan, para ver el sitio del bautismo, y al Monte Tabor, para conocer la Basílica de la Transfiguración.
Nazaret.
La ciudad donde nació Jesucristo es el ojito derecho de la mayoría de los que visitan Israel y una parada obligatoria por su ubicación, a tan sólo dos horas en coche de Tel Aviv. Entre una población mayoritariamente musulmana y un patrimonio histórico cultural apabullante, sobresale la Iglesia de la Anunciación (iglesia de estilo bizantino en la que se proclamó el nacimiento de Jesús) y por las calles de la Ciudad Vieja te llegará una inconfundible fragancia a especias e incienso y el bullicio de los puestos del mercado de Nazaret.
Si quieres una vista panorámica de Nazaret sube hasta la Basílica de Jesús Adolescente, donde podrás realizar un Sendero del Evangelio por los lugares sagrados de Galilea.
Jerusalén.
Asciende al monte de los Olivos y visita la basílica de Getsemaní para, desde allí, contemplar la ciudad y los cuatro barrios que la dividen (Armenio, Judío, Cristiano y Musulmán). Aquí es donde tuvo lugar la Última Cena: si en el interior el silencio es profundo, llama la atención cómo se extiende hasta los jardines exteriores.
Una vez hayas vuelto a la ciudad, atraviesa la Vía Dolorosa y sigue las estaciones del Viacrucis hasta el Santo Sepulcro, donde la espiritualidad se puede palpar en el ambiente.
Camina por el barrio judío y sus sinagogas hasta el Muro de las Lamentaciones. Infórmate bien de los horarios de apertura de la Cúpula de la Roca y descubre este símbolo de la religión musulmana, en el que se encuentra la piedra desde la que Mahoma comenzó su ascensión al cielo.
Como guinda a este itinerario que te hemos preparado para conocer Israel, te recomendamos un chapuzón en el mar Muerto. Sin duda, es la opción más adecuada para relajarse y tomarse de forma superficial un viaje de profundo significado histórico y religioso.