Irlanda es un país de cuentos e historias míticas. Descubre alguna de las leyendas irlandesas más famosas.
Irlanda es tierra de leyendas, donde la mitología celta y pagana se mezcla con las tradiciones cristianas y dan lugar a bellos cuentos o terroríficas historias que hechizan el corazón de los viajeros. En este post queremos contarte alguna de las más conocidas leyendas irlandesas, para que disfrutes de otra manera de un viaje a este país, donde es imposible encontrar un prado sin un leprechaun, un bosque sin hadas o un castillo sin fantasma. Descubrir alguna de estas leyendas es una de las mejores cosas que puedes hacer en Irlanda.
La Calzada del Gigante
La Calzada del Gigante es una formación rocosa formada por columnas de basalto que se alzan junto al mar. Se trata de uno de los espectáculos naturales más famosos de la isla de Irlanda –que no es poco decir-, y uno de los lugares más increíbles del mundo, a pocos kilómetros de Belfast. Aunque su origen geológico se remonta a hace millones de años, los irlandeses crearon una curiosa y graciosa leyenda para explicar su origen.
Se cuenta que en aquella zona vivía el gigante Finn McCool, enemistado con Benandonner, un gigante de la isla escocesa de Staffa. Ambos se arrojaban rocas de una isla a otra hasta que, casi sin querer, formaron un camino que unía ambas islas. Benandonner, mucho más fuerte que Finn cruzó por estas rocas para enfrentarse a su enemigo irlandés de una vez por todas.
Con lo que no contaba el coloso escocés era con la astucia de Oonagh, la mujer de Finn, que disfrazó a su marido de bebé. El gigante escocés al ver el monstruoso tamaño del ‘recién nacido’, se asustó al pensar en la envergadura que podía llegar a alcanzar el padre del retoño si el niño ya era todo un gigante. Así que huyó despavorido hundiendo en el mar la calzada que había usado para llegar a Irlanda, dejando en pie solo los extremos de la misma, en Irlanda y Staffa.
Los leprechauns
Si hay algún ser típico de Irlanda, esos son los leprechauns. Hoy en día se pueden encontrar en cualquier lugar de la isla: restaurantes, cafeterías, tiendas, impresos en camisetas o llaveros, etc. Se puede decir que se han convertido en un símbolo de la Isla Esmeralda.
Las leyendas irlandesas dicen que los leprechauns son duendecillos especializados en hacer zapatos para las hadas. Por supuesto, cobran un buen dinero por estos trabajos, que acumulan durante toda la vida. Sin embargo, si un hombre ‘caza’ algún leprechaun y le pide su dinero, el duende, por alguna extraña influencia mágica, no puede negarse.
Por supuesto, hay truco. Cuando veas un leprechaun este se quedará inmóvil y tendrá que obedecerte. Pero en cuanto desvíes la mirada, desaparecerá para siempre y sin dejarte una mísera moneda de oro. Así que si encuentras uno, más vale que no le pierdas de vista. ¿Quién sabe si estos duendes no son en realidad producto de la afición a la cerveza irlandesa?
El trébol
El trébol, y más concretamente, el Shamrock, es el símbolo por excelencia de Irlanda. Según algunos expertos, la vinculación de esta planta como símbolo de Irlanda se puede explicar remontándose a los tiempos del paganismo celta. Para esa cultura, uno de los símbolos más sagrados era el triskel, un motivo que consiste en tres espirales unidas que bien puede simbolizar el pasado, presente y futuro; cuerpo, mente y espíritu; el eterno aprendizaje de los hombres, etc. Y, lo cierto es que el trébol recuerda a un triskel, lo que puede explicar la vinculación de esta tierra con el trébol. Aunque es típico de la cultura celta, el triskel también puede encontrarse en otras regiones. De hecho, también es el símbolo de la isla mediterránea de Sicilia.
Sin embargo, el origen oficial del trébol como símbolo de Irlanda se encuentra en la cristianización del país. La leyenda dice que San Patricio se sirvió de esta planta para explicar a los irlandeses la Trinidad de la teología cristiana cuando evangelizó la isla, con tanto éxito que acabaron adoptándolo hasta que, en el día de hoy, en todo el mundo, el trébol es sinónimo de Irlanda.
La piedra de Blarney
Cerca de la ciudad de Cork se encuentra el Castillo de Blarney, que de por sí, merece la pena visitar. Aunque la mayoría de la gente que acude hasta esta fortaleza, lo hace para besar la piedra de Blarney, que según las leyendas irlandesas, otorga el Don de la elocuencia a aquel que posa sus labios sobre ella.
La piedra de Blarney, también llamada la piedra de la elocuencia, es en realidad un fragmento de la Piedra de Scone, la roca donde los reyes escoceses eran coronados en la Edad Media. A su vez, se dice que esta fue la piedra sobre la que Jacob posó la cabeza cuando vio la Escalera hacia el cielo. Este trocito de piedra fue regalado por el rey de Escocia a los irlandeses durante las guerras de Independencia del siglo XIV –en las que combatió entre otros William Wallace-, como agradecimiento por su ayuda.
La piedra se colocó en este precioso castillo y, desde entonces, se dice que cualquiera que besa la piedra, consigue el Don de la elocuencia. De primeras, parece un buen trato, pero no es tan sencillo. Lo cierto es que la piedra está situada bajo las almenas, en un sitio bastante complicado para besar. Antiguamente había que sujetar al aspirante a elocuente por los tobillos y sostenerlo boca abajo mientras besaba la piedra –el que algo quiere, algo le cuesta-. Hoy en día es un poco más fácil, tienes que tumbarte boca arriba, aferrarte a unos asideros e inclinarte hacia atrás para besar la piedra. Además, te sujetarán para que no te caigas.
El Castillo de Leap
Prácticamente todos los castillos de Irlanda tienen algún fantasma o una sangrienta historia detrás. Pero el Castillo de Leap es uno de los más famosos de las leyendas irlandesas. Su truculenta historia lo ha poblado de numerosos fantasmas que, según dicen, vagan por los restos del castillo.
La fortaleza pertenecía al clan de los O’Carrol, famosos por su sed de sangre. En el siglo XVI dos hermanos, un sacerdote y un guerrero se disputaban el liderazgo de la familia. La lucha fraternal acabó cuando el guerrero irrumpió en la capilla del castillo mientras el sacerdote celebraba la misa y le clavó una espada en el corazón, matándolo al instante. Desde entonces, aquella sala ha pasado a llamarse la Capilla Sangrienta.
Por si fuera poco, justo debajo de esta Capilla Sangrienta, se encontró una siniestra mazmorra repleta de esqueletos. Por lo visto, los O’Carrol arrojaban ahí a sus prisioneros y los abandonaban a su suerte. Tampoco tenían fama de buenos anfitriones, ya que se dice que asesinaron a sangre fría a 40 miembros de la familia MacMahon a los que habían invitado a cenar, al más puro estilo de Juego de Tronos.
También cuentan las leyendas que cuando el bastión cambió de manos y quedó en poder de la familia Darby, su cabeza visible, Jonathon Darby III escondió en el castillo su tesoro con la ayuda de dos asistentes, a los que asesinó para que no revelasen su secreto. Después, tras luchar en la guerra contra Inglaterra y ser hecho prisionero, olvidó el lugar en el que escondió sus riquezas, que todavía siguen en el castillo.
Por supuesto, con tan larga historia de asesinatos y muertes violentas, el castillo está considerado el más embrujado de Irlanda. Una visita recomendable para los amantes de lo sobrenatural.
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