Recorremos contigo aquellos rincones imprescindibles con lo mejor que hay que ver en los Dolomitas: un espectacular viaje a la cordillera italiana.
En invierno son un paraíso para los esquiadores y en verano uno de los sitios más solicitados de los amantes del senderismo. Si tienes dudas acerca de si ir a los Dolomitas con niños, prepara las maletas porque les va a encantar.
Vamos primero a recapitular cierta información imprescindible sobre los Dolomitas y luego te vamos a enseñar uno de los mayores tesoros de Italia.
1. Dónde están los Dolomitas. Mapa y ubicación.
Igual tú eres de los que saben perfectamente dónde están Los Dolomitas o puede que sepas que es una cordillera italiana pero no aciertes a ubicarla con exactitud. No pasa nada porque vamos a explicarte todo acerca de este grupo montañoso de los Alpes italianos y, además, debajo puedes ver un mapa con todos los detalles.
Los Dolomitas impresionan a primera vista. Su belleza es incuestionable y cuenta con la particularidad que le aporta la roca dolomía: caliza, de origen marino y a la que debe su color blanco y el sobrenombre de “Monte Pallidi” (montañas pálidas).
Su extensión abarca tres regiones de Italia. Friuli Venecia Julia al noroeste, en las provincias de Udine y Pordenone; Véneto, dentro de la provincia de Belluno; y Trentino- Alto Adigio, en las provincias de Bolzano y Trento.
Como te decíamos antes, aquí tienes un mapa para que puedes verlo por ti mismo.
En el año 2009, la UNESCO declaraba Los Dolomitas como patrimonio de la Humanidad, el último empujón para colocar en el mapa semejante belleza natural.
2. Cómo llegar a los Dolomitas.
Recorrer en un sólo viaje los Dolomitas es casi una utopía, por eso te recomendamos que, antes de nada, decidas a qué parte quieres ir. Por suerte, en los últimos tiempos las comunicaciones han mejorado para facilitarles el acceso a turistas y amantes del esquí.
Los Dolomitas: cómo llegar en coche.
Toma como referencia dos ciudades. Trento, que está a 100 kilómetros (una hora en coche) de verano, es la puerta de entrada a Los Dolomitas. Por su parte, Bolzano es la opción más recomendable si tu itinerario arranca en Austria.
Los Dolomitas: cómo llegar en avión.
El aeropuerto de Verona se encuentra a sólo 101 kilómetros de Trento, el de Venecia a 157 km y del Milán a 203 km. Luego puedes alquilar un coche o viajar en tren hasta Trento.
La otra posibilidad es aterrizar en el aeropuerto de Innsbruck, que está a una hora y media de Bolzano.
3. Lago Garda.
El Lago Garda es uno de las paradas obligatorias a la hora de decidir qué ver en Los Dolomitas. De agua fría y cristalina y escarpadas montañas que parecen abrazarlo, alrededor de sus 160 kilómetros de perímetro se encuentran maravillosos pueblos, amplios viñedos y coquetas casas rurales.
Entre los bellos pueblos que se esparcen por este remanso de paz llamado Lago Garda hay que destacar varios:
Sirmione.
El más visitado y la estampa más conocida por su preciosa muralla del siglo XIII que emerge del agua. Además, su casco histórico medieval parece sacado de un cuento. Debajo de Sirmione se encuentra un manantial de agua con supuestos poderes curativos desde tiempos ancestrales, lo que significa que sus aguas termales son famosas y sus balnearios concurridos.
Riva del Garda.
Es una de las perlas del patrimonio turístico italiano y una de las joyas que hay que ver en un viaje a Los Dolomitas. No te puedes perder las vistas de la iglesia de Santa Bárbara.
Enclavado en un entorno idílico para los amantes de la naturaleza y el deporte al aire libre. Puedes elegir la bicicleta (e intentar emular aquellas míticas etapas del Giro en las que Induráin, Bugno y Chiapucchi ascendían Los Dolomitas en una batalla sin descanso.
O puedes practicar kitesurf, rafting, escalada,… El abanico de posibilidades es casi infinito.
Dentro del pueblo el plan te va a sonar muy bien: un tranquilo paseo al atardecer por sus recónditas callejuelas hasta el centro histórico, una suculenta cena a base de platos típicos de Italia y un rato divertido en alguno de sus trasnochadores locales.
Limone.
El perfume cítrico de la ciudad, su florida estampa y las casas venecianas son el sello de identidad de este pueblo a los pies de una montaña. Como su nombre bien indica, aquí abundan los limones y su especialidad no podía ser otra que el Limoncello.
Malcesine.
Su rebosante encanto radica en el estilo medieval de sus calles, plazas y edificios. Destaca el castillo Scaliger, probablemente el edificio histórico más importante de Malcesine , que se eleva sobre el terreno para dominar el paisaje (el conjunto con el lago y las montañas hacen de éste, uno de los castillos más bonitos).
Otras localidades que merecen la pena son Lazise, Desenzano, Bardolino, Peschiera, Punta San Virgilio.
4. Fiera di Primiero.
Este célebre pueblo forma parte de los seis municipios que conforman el Valle de Primiero junto a Imèr, Mezzano, Siròr, Tonadico e Transacqua, Canal San Bovo (Vanoi) y Sagon Mis.
Ver aparecer las imponentes montañas a través de las calles de estos pequeños municipios es sencillamente espectacular. En este caso, son las Pale di san Martino, una hermosa sierra en los dolomitas. En ella se abre paso el Parque Natural Paneveggio-Pale di San Martino, que hará las delicias de los amantes de la naturaleza y el senderismo.
5. Lago Calaita y Mezzano.
Dentro de la Pale di san Martino tienes el lago Calaita, un remanso de paz y tranquilidad en pleno valle del Vanoi que merece mucho la pena que veas. Y aprovecha tu visita para acercarte al semidesconocido Mezzano, municipio a escasos kilómetros del Lago Calaita de unos 1.600 habitantes y que transmite la sensación de que el tiempo se detuvo hace mucho.
Haz una última parada y conduce menos de 30 minutos hasta San Martino di Castrozza, esta localidad es perfecta para familias y para todo aquel que quiera disfrutar de unas vacaciones activas rodeado por las hermosas cordilleras dolomíticas.
6. Cortina D’Ampezzo.
No cabe duda de que esta ciudad de la provincia de Belluno es uno de los pueblos de montaña más conocidos en todo el mundo. Desde aquí puedes hacer numerosas rutas de senderismo y, luego, dar un paseo por el pueblo y tomar algo al final del día.
Una de las escapadas más recomendables es al monte Lagazuoi (que puedes ver arriba), uno de los picos imprescindibles de Los Dolomitas por su valor paisajístico e histórico (fue emplazamiento clave en la guerra entre Italia y el imperio Austro- húngaro en 1915).
Otro de nuestros puertos favoritos es el Passo Giau, que conecta Cortina d’Ampezzo con Selva di Cadore y el Valle Fiorentina. El paso Giau es famoso entre los amantes del ciclismo por ser uno de los grandes escenarios de las mejores etapas de montaña en el Giro de Italia.
7. Alta Badia.
El valle de la Alta Badia es una de las joyas de los dolomitas y, sin duda, el más exclusivo. En esta zona la influencia italiana y la austriaca se mezcla con armonía y suavidad. La arquitectura de las casas recuerda a Austria, la gastronomía a Italia y puedes escuchar los dos idiomas (además del ladino)
Está formado por San Cassiano, La Villa y Corvara y cuenta con la estación de esquí más grande del mundo.
Un destino fantástico en invierno y también en verano, pudiendo subir en teleférico a contemplar el panorama y hacer excursiones en bici o a pie. Tiene el parque de Fanes-Sennes-Braies y su archiconocido lago a tiro de piedra.
Otra ruta alucinante es la que te lleva al escarpado Valle de Travenanzes y la que termina en Pic Lagació y su lago volcánico.
8. Val di Funes.
Una de las estampas más fotografiadas y uno de las paradas obligatorias cuando te contamos qué ver en Los Dolomitas. De clara influencia austriaca, a esta zona se la conoce como la Tirol del Sur.
24 kilómetros de valle en el municipio de Funes, provincia de Bolzano, entre cimas dolomíticas y alguna preciosa iglesia furtiva, como la iglesia de santa Maddalena.
Y esto es todo por nuestra parte, ahora es tu turno, ¿qué te ha parecido este viaje a Los Dolomitas y todo lo que hay que ver? Déjanos tu opinión aquí.